Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

 

En 1979, ante el triunfo de la revoluci�n que puso en el poder en Ir�n a Ruhollah Khomeini, se instaur� un r�gimen percibido por Occidente como contrario a las ideas de la modernidad. A esta situaci�n se sum� la ocupaci�n de la embajada de los EE.UU. en Teher�n y las ense�anzas particulares de Khomeini.

La revoluci�n iran�, con su pol�tica antinorteamericana, provoc� que Occidente viera al Islam como la nueva amenaza que reemplazar�a al comunismo.

Podemos decir junto a Roger du Pasquier que:

" La revoluci�n llevada acabo por Ir�n, en el a�o 1979, ha sido considerada por la opini�n internacional como la expresi�n mas t�pica del �despertar del Islam�. En todo caso, ha sido el acontecimiento mas ruidoso acaecido en esta segunda mitad del siglo en el mundo musulm�n, donde ha supuesto un se�smo de primera magnitud, cuya connotaci�n todav�a no ha terminado de producir sus efectos" .

A este acontecimiento, de un nuevo modelo iran�, se sumo – posteriormente – en 1989, la fundaci�n de un estado isl�mico-militar en Sudan y la fuerte presencia del Frente Isl�mico de Salvaci�n (FIS) en la Rep�blica de Argelia, la invasi�n de Saddam Hussein del Emirato de Kuwait y la ca�da del Bloque Sovi�tico, cuestiones que acent�an la atenci�n de las potencias occidentales en los nuevos movimientos pol�ticos que surg�an del seno del Islam, a partir de la Revoluci�n de Khomeini, y que parec�an contradecir las aspiraciones de crear un �Nuevo Orden Mundial�. Despu�s de 1989 el mundo capitalista se hab�a quedado sin un �enemigo� visible. Pero manten�a una estructura ideol�gica y militar que necesitaba de esa noci�n de oponente.

La resistencia de la poblaci�n musulmana a que cambien sus creencias y costumbres, hizo – para los intelectuales militaristas – que el Islam resulte el candidato perfecto para este papel de adversario.

En una entrevista a Alain Gresh – jefe de redacci�n de la revista francesa   "Le Monde Diplomatique" – ante la pregunta si desde la ca�da del muro de Berl�n y la desaparici�n de la Uni�n Sovi�tica, el Islam parec�a ocupar en Occidente el lugar que antes ocupaba el comunismo, transform�ndose en un enemigo al acecho, cuyo objetivo era destruir los pilares b�sicos de la sociedad occidental y capitalista, Gresh respondi� :

"La actitud occidental hacia el Islam todav�a esta impregnada por la condena que Ernest Renan hiciera del Islam en una famosa conferencia, el 29 de marzo de 1883, en la Sorbona de Par�s. Renan planteaba que el Islam era la uni�n indivisible de lo espiritual y lo temporal, el reino del dogma, la cadena mas pesada que la humanidad pod�a cargar. Esta visi�n impregn� durante m�s de un siglo la actitud occidental hacia el Islam. Si en un momento sirvi� para justificar las incursiones coloniales, hoy realimenta todos nuestros fantasmas ; liberado de la amenaza comunista, el Occidente estar�a rodeado por �b�rbaros fanatizados� prestos a caer sobre el viejo continente".

Para el escritor argentino Pedro Brieger, Occidente se encontraba en una campa�a de medios de comunicaci�n contraria a los musulmanes y especialmente a los �rabes. Brieger lo expres� con las siguientes palabras :

"Su �demonizaci�n� en los medios masivos de comunicaci�n occidentales y en los mensajes emitidos por los m�s altos estratos gubernamentales de Occidente es una constante que parecer�a tener como objetivo perpetuar una paranoia antisl�mica. Incluso antes de la revoluci�n iran� – especialmente durante la crisis del petr�leo de 1973-1974 – el �rabe ya era presentado como un chantajista del petr�leo, lascivo, deshonesto, presto a lanzar su yihad para invadir el mundo civilizado vistiendo atuendos tradicionales que la mayor�a de ellos ni siquiera usa".

En esta �poca, diferentes autores todav�a tratan de explicar – obviamente que con valoraciones occidentales – qu� es la Yihad. Como ejemplo citamos a Mark Juergensmeyer, que nos dice :

"Adem�s de la prohibici�n de matar del Cor�n, hay otros principios musulmanes que la justifican. La violencia es necesaria con fines punitivos, por ejemplo, y se dice que a veces es imprescindible para defender la fe. En el �mundo del conflicto� (Dar al Harb) fuera del mundo musulm�n, la fuerza es un medio de supervivencia cultural. Semejante contexto, se cree que mantener la pureza de la existencia religiosa es cuesti�n de Yihad, una palabra que significa literalmente �luchar� y a menudo se traduce como �guerra santa�. Este concepto lo han usado guerreros musulmanes para racionalizar la expansi�n del control pol�tico en regiones no musulmanas. Pero la ley isl�mica no permite que se use la Yihad arbitrariamente, para beneficio personal, o para justificar la conversi�n forzada a la fe : las �nicas conversiones que se consideran v�lidos son las que llegan por medio de la persuasi�n no violenta y racional y el cambio de coraz�n".


Para Bruno �tienne en su obra �El Islamismo radical� – estudio sobre la forma pol�tico y religiosa que asume la ortodoxia isl�mica ante los problemas de la modernidad – la Yihad es una palabra �prostituida� por la prensa occidental, ya que es traducida por �guerra santa� y, a su vez, no se destaca – en Occidente – el origen que tiene la Yihad en el derecho de Dios. Es debido a esto que :

"Jur�dicamente la Yihad consiste en la acci�n armada con vistas a la expansi�n del Islam y a su defensa. Esa obligaci�n jur�dica se deriva, seg�n la doctrina y la tradici�n hist�rica, del principio fundamental del universalismo, porque el Islam debe extenderse por todo el universo y cuando sea necesario, por la fuerza".

Por su parte, Gilles Kepel – considerado uno de los autores y especialistas occidentales m�s destacados sobre el estudio de los movimientos sociales surgidos del Islam – en su extensa obra "La Yihad, expansi�n y declive del islamismo", hace una descripci�n del �ltimo cuarto de siglo, planteando un supuesto resurgir y un declive de los movimientos isl�micos y de los efectos que caus� en las diferentes clases intelectuales y pol�ticas en la sociedad occidental.

En la obra podemos leer :

" El �ltimo cuarto del siglo XX estuvo marcado por el surgimiento, el ascenso y el posterior declive de los movimientos isl�micos, un fen�meno tan espectacular como inesperado. Cuando el reflujo de la religi�n a la esfera privada parec�a ya un hecho definitivo en el mundo moderno, la s�bita expansi�n de grupos pol�ticos que pretend�an proclamar el estado isl�mico, que s�lo se basaba en el Cor�n, se defin�an como partidarios de la Yihad, la guerra santa por la causa de Dios, y reclutaban a sus seguidores entre la poblaci�n de las ciudades, puso en entredicho muchas convicciones. En un primer momento, este fen�meno provoco un rechazo de terror. Para los intelectuales de izquierda, tanto en el mundo musulm�n como en Occidente representaba una variante religiosa del fascismo ; para los liberales, el resurgimiento de un fanatismo liberal. Mas tarde, a medida que estos movimientos cobraban mayor importancia, sembraron el desconcierto entre buena parte de sus cr�ticos. La gente de izquierda empez� a darse cuenta de que ten�an una base popular. Algunos marxistas, antiguos o recientes, que esperaban encontrar en ellos la implantaci�n de masa que no hab�an conseguido alcanzar, atribuyeron a los islamitas virtudes sociales, intentaron iniciar un di�logo pol�tico e incluso en algunos casos se convirtieron. Los de derecha observaron que predicaban el orden moral, la obediencia a Dios, la hostilidad hacia los imp�os y, por tanto, hacia los materialistas comunistas y socialistas".

En los a�os 90 surgen los trabajos de Huntington con su teor�a del �Choque de Civilizaciones� , en los cuales el autor clasifica al mundo en siete u ocho civilizaciones – una sola ser�a la occidental y el resto ser�an no occidentales -.

Para Huntington estas son : la Occidental, la China o confusiana, la Japonesa, la Hind�, la Isl�mica, la Latinoamericana, la Eslava Ortodoxa y la Africana Subsahariana. Estas civilizaciones se asocian a su vez a cuatro grandes religiones : cristianismo, Islam, hinduismo y confusionismo.

En oposici�n a la idea de una civilizaci�n universal – postulado de Fukuyama – dominada por los patrones valorativos occidentales, plantea que en el mundo de la postguerra fr�a, las distinciones culturales son vitales y la pol�tica mundial se vuelve multipolar y multicivilizacional. A esta concepci�n, Huntington agrega que los conflictos m�s peligrosos son los que se producen a lo largo de las l�neas divisorias existentes entre las civilizaciones, teniendo como principales elementos de fricci�n y futura violencia a : 1) la interacci�n de la arrogancia occidental, 2) la intolerancia isl�mica y 3) la autoafirmaci�n china.

Huntington, afirmaba que en ese proceso de homogeneizaci�n cultural, econ�mica e incluso pol�tica ser�a inevitable un choque de culturas y civilizaciones, y para dar como ejemplo de su tesis, expuso el supuesto conflicto permanente entre Occidente y el Islam. Con respecto al Islam – Huntington – intenta explicar en su libro las causas del �resurgimiento� isl�mico – en ascenso a partir de los a�os setenta – y logra una conclusi�n, que es la siguiente:

"El problema subyacente para Occidente no es el fundamentalismo isl�mico. Es el Islam, una civilizaci�n diferente cuya gente est� convencida de la superioridad de su cultura y est� obsesionada con la inferioridad de su poder".

El autor no acusa a los movimientos violentos que puedan surgir del Islam, ni a los �fundamentalistas� musulmanes de ser un posible peligro, sino, por el contrario, acusa al Islam en si mismo, de ser una amenaza para la estabilidad mundial y la seguridad de Occidente.

A la labor de Huntington se la puede clasificar de destructiva, debido a que trat� de igualar la situaci�n particular de oposici�n, que ten�a Occidente de ciertos pa�ses isl�micos – Ir�n, Sud�n, L�bano y Argelia – proyect�ndola a todo el mundo isl�mico, es decir que trato de hacer percibir a mas de 52 estados con poblaciones que superan los 1300 millones de habitantes, como un �peligro� a la seguridad occidental.

En conclusi�n, podemos decir que en el Occidente moderno se ha instaurado la nueva percepci�n del Islam como amenaza, a partir de la revoluci�n iran� de 1979, y se ha acentuado ante los planteos y postulados te�ricos sobre el equilibrio mundial del poder, en los trabajos de Samuel Huntington.

 

Dr. Ramiro Anzit Guerrero

Especialista en Contraterrorismo y Seguridad.

 P�gina anterior Volver al principio del trabajoP�gina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter